Volver a nuestra infancia como fuente de inspiración artística
¿Alguna vez te has detenido a pensar en cómo nuestros recuerdos de la infancia pueden influir en nuestra creatividad? Con frecuencia, las experiencias que vivimos en esos primeros años están llenas de descubrimientos, emociones y aprendizajes que, con el tiempo, quedan guardados en una especie de "cajoncito mental" en nuestra memoria. Pero, ¿qué pasa cuando volvemos a acceder a ese lugar y lo exploramos a través del arte? En mi proceso creativo para la muestra "ISLA" sentí la necesidad de regresar a mis raíces. Quise conectar con los espacios y recuerdos que considero mis orígenes, y con todo lo que representa para mí aspectos como mi familia, la gente, los paisajes y sonidos que definieron mis primeros años. Con la ayuda de Camila Peña, increíble escritora cuencana, gran amiga y curadora de la muestra, me sumergí en archivos familiares, revisé fotos antiguas, escuché las voces de mi familia en audios, escuché el sonido del mar en Cuba y me dejé envolver por la música de la isla. Todo esto no solo me permitió reconectar con mi historia familiar, sino que también enriqueció mi trabajo artístico de una manera que nunca antes me había experimentado. Este proceso de volver a la infancia a través del arte no es exclusivo; está respaldado por investigaciones que sugieren que, al conectarnos con nuestros recuerdos más profundos, podemos desbloquear una fuente inmensa de creatividad y autenticidad. Estudios científicos han demostrado que cuando recordamos experiencias de nuestra infancia activamos áreas del cerebro asociadas con la imaginación y la memoria autobiográfica. Según un estudio publicado en "Frontiers in Psychology", esta activación facilita una mayor flexibilidad cognitiva, lo que se traduce en una mayor capacidad para pensar de manera creativa y generar nuevas ideas. En el caso de expresiones artísticas como la pintura, la ilustración o el dibujo, esta conexión puede ser aún más poderosa. El arte nos ofrece un medio para expresar lo que muchas veces no podemos poner en palabras. Pintar, dibujar o ilustrar desde nuestras memorias puede ser una manera de procesar nuestras emociones y experiencias, dándoles forma y color. Así, el arte se convierte en una especie de "puerta" a nuestra memoria, permitiéndonos acceder a esos rincones ocultos de nuestra mente que guardan partes esenciales de quienes somos. Cómo Empezar a Conectar con tu Infancia a Través del Arte? Si te interesa explorar tus propios recuerdos y utilizarlos en tu trabajo artístico, aquí tienes algunas sugerencias que pueden ayudarte a empezar: - Recuerda sin miedo: Busca fotos, cartas, audios o cualquier objeto que te conecte con tu infancia. Adéntrate en esos recuerdos y trata de reconectar con las emociones asociadas a ellos. - Escucha la música de tu infancia: La música tiene un poder increíble para transportarnos a tiempos pasados. Escuchar canciones que formaron parte de tu niñez puede ser un gran disparador creativo. - Deja que fluya tu arte: Ya sea pintando o dibujando, permite que tu memoria y tus emociones fluyan a través de tu arte, sin preocuparte por el resultado final. Lo importante es el proceso de exploración y conexión. - Inspírate en los detalles: Las cosas pequeñas, como el olor de una flor o el sonido de una risa, pueden tener un gran impacto en tu creatividad. Intenta capturar esos detalles en tu trabajo. El arte es una herramienta poderosa que nos permite reconectar con nosotros mismos y nuestra historia. Al explorar nuestras memorias de la infancia, no solo encontramos inspiración, sino también una comprensión más profunda de quiénes somos y de lo que podemos crear. Te invito a abrir ese "cajoncito mental" en tu memoria, a explorar lo que hay adentro y dejar que a través de las expresiones artísticas que más te gusten recorras este viaje de descubrimiento confiando en el camino.
Claudia Fuentes
9/11/20241 min read